Nació en nuestro valle de Camaná, el 14 de enero de 1829, del matrimonio de don Jacinto Pastor y doña Petronila Caballero y fue el único hijo como tal heredero universal de sus progenitores.
Hombre de bien como todos los de su raza, el doctor fue continuador de la filantropía de sus mayores. Así su señora madre, dona Petronila Caballero, en su testamento celebrado en 1846, deja un rosario de granates con perlas finas y cruz de oro para la virgen de la Asunta de la otra banda (hoy San José), que ignoro la suerte que haya corrido, su señor padre don Jacinto Pastor, fue un personaje que jugó importante papel en las revoluciones de Castilla.
Siendo alcalde Jacinto Pastor de 1849-1859. El Dr. Samuel Pastor fue el heredero de todas las virtudes y de toda esta filantropía. En su semblante apacible se destaca su frente amplia sus pequeñas barbas a la española, su nariz aguileña y sus ojos negros de mirar profundo, protegidos por pobladas cejas.
Por tradición oral todos sabemos en Camaná, que el Dr. Samuel Pastor fue el continuador de los empeños de su señor padre para trasladar la población a la Pampa, a cuyo efecto obsequió solares, madera y caña para que los habitantes del pueblo no tuvieran que alegar falta de facilidades para el traslado.
El por su parte sacó el agua a su costo para la nueva población y en lo que hoy es pampa desértica florecieron jardines y los naranjos sus dorados frutos. Desgraciadamente para nuestra tierra Pastor no coronó su gran obra de filántropo, de urbanista y de abanderado de amor a su tierra.
La mano criminal de un resentido anormal cegó su vida el 1° de noviembre de 1879; pero el también caballero de buena cepa española. Hirió mortalmente a su agresor. El pueblo indignado vengó la muerte de su benefactor cometiendo otro delito al linchar a Rodolfo Quimper. Sus restos fueron sepultados en la capilla de San Jacinto.